Cómo hacer el puré de patatas perfecto para Navidad: la receta fácil, cremosa y que añadirás al menú

El puré de patatas: un clásico reinventado

Un acompañamiento universal con un toque especial

El puré de patatas es un plato fundamental en cenas de todo el mundo, presente en la rutina semanal de innumerables hogares. Su importancia se intensifica durante celebraciones como el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, donde adquiere un protagonismo único.

Aunque esta festividad no sea tan habitual en nuestro país, la receta es perfectamente adaptable. Lograr una textura excepcionalmente cremosa es más sencillo de lo que parece, solo es necesario evitar un error frecuente. El objetivo es claro: prescindir de preparados comerciales y alcanzar una suavidad y delicadeza propias de la alta cocina.

Consejos de expertos para un puré perfecto

Los especialistas de Good Housekeeping, conocedores de productos de calidad, comparten una serie de recomendaciones clave, simples pero a menudo pasadas por alto:

• La elección del tubérculo: Es crucial seleccionar la variedad adecuada, rica en almidón. No hay que guiarse por el aspecto más limpio o atractivo.
  • La variedad Russet es la recomendada para una cremosidad óptima, a diferencia de las patatas rojas o blancas más comunes, que pueden dar una consistencia cerosa.
• El momento de la sal: Un paso instintivo pero crítico. Salar el agua de cocción potencia el sabor natural, ya que las patatas absorben la sal, evitando que queden insípidas y previniendo la oxidación.
  • El momento ideal es al principio, con el agua fría. Esto eleva el punto de ebullición, favoreciendo la liberación del almidón y, por tanto, la cremosidad final. Se debe calentar hasta hervir y luego cocer a fuego lento para una cocción uniforme.
• Frescura y sincronización: Para preservar todas sus cualidades, lo ideal es preparar el puré el mismo día de su consumo, no con mucha antelación.
• Temperatura de los añadidos: Los ingredientes como la leche, mantequilla o nata deben incorporarse a temperatura ambiente, nunca recién salidos del frigorífico, y siempre después de que la patata se haya cocido y escurrido. Así se integran de manera más homogénea.
• El procesado justo: El último consejo es no batir o procesar el puré en exceso. Un procesado demasiado intenso puede romper su textura, volviéndolo pegajoso y menos apetecible. Este error suele confundirse con un exceso de líquido.