Cóctel de gambas, la receta perfecta con solo tres ingredientes para celebrar la Nochevieja

Reflexiones de Fin de Año

Un Momento para el Balance

Les comparto la última preparación del año, una hoja o una pantalla vacía que nos sirve para evaluar lo vivido o para proyectar, con energía y esperanza, todo lo que está por llegar. No me inclino totalmente por ninguna de las dos; me sitúo en un punto intermedio, porque son muchas las experiencias que me gustaría revivir en 2026, pero también están aquellas que no deseo repetir ni el próximo año ni en el resto de mi vida. Sin embargo, no vamos a concederles más importancia —¿están de acuerdo?— si ya no aportan nada positivo, mejor ni mencionarlas.

Lo que Llevo al Año Nuevo

En cambio, insisto una y otra vez en lo que quiero que atraviese conmigo esa frontera simbólica que todos imaginamos después de las campanadas. Creemos, con fe, que ese ritual transformará nuestra mala racha en buena fortuna de manera instantánea, en solo doce segundos. Pero no seré yo quien cuestione esa magia; de hecho, anhelar, desear, persistir y pedir —y volver a pedir— al año entrante, a un décimo de lotería, a una fuente, a un altar o a una imagen que mejore nuestro destino, es lo que mantiene viva la ilusión. Y eso, sin duda, es un motor y una fuerza de una intensidad difícil de expresar.

La Receta de la Noche

Efectivamente, en esta ocasión no utilizo gambas, sino langostinos. Al final, se trata de aportar sabor y optimizar el tiempo en esta noche de fin de año que aguarda nuestra celebración. Para que nos queden energías para animar la velada, lo ideal es organizar todos los ingredientes con antelación, de modo que solo necesitemos unos cuantos gestos sencillos para llevar un plato perfecto a la última cena del año.