Chef da un consejo profesional para patatas asadas "perfectamente crujientes" y solo necesitas un ingrediente simple

Un chef de Waitrose ha compartido un truco para conseguir patatas asadas doradas y crujientes por fuera y esponjosas por dentro siempre, y todo se reduce a un simple ingrediente añadido durante el hervor

Las patatas son el plato principal de cualquier asado dominical, pero fallarlas puede significar un desastre para toda la comida. La patata asada ideal presume de un exterior dorado y crujiente con un centro tierno y aireado.

Lograr esto consistentemente puede resultar un desafío para muchos cocineros caseros. Precisamente por eso Stephen Parkins-Knight, chef sénior de innovación de marca en Waitrose, ha revelado su método infalible para conseguir patatas perfectas cada vez. Usar esta técnica garantiza patatas que conquistarán a todos los comensales.

Mientras que innumerables cocineros confían en la sal para sus patatas, Parkins-Knight aboga por el bicarbonato de sodio como la opción superior.

Sugiere incorporar media cucharadita de bicarbonato de sodio en el agua utilizada para el pre-hervido de las patatas.

Hiérvelas usando tu método habitual, y una vez que estén perfectamente tiernas al pincharlas con un tenedor, escúrrelas y tapa la cacerola con su tapa.

Con la tapa puesta, agita vigorosamente la cacerola sujetando la tapa para raspar las superficies de las patatas, informa el Express.

Esta técnica genera bordes irregulares que desarrollan una crujientez espectacular en el horno.

Una vez que logren esa preciosa corteza dorada que hace las patatas irresistibles, deben servirse sin demora.

Según Parkins-Knight, el bicarbonato de sodio supera a la sal para crear la patata definitiva.

Explicó:

"El entorno alcalino descompone la pectina en las superficies de la patata de manera más agresiva que solo la sal.

"Esto potencia el proceso de 'raspado' después de hervir.

"Las superficies se vuelven mucho más rugosas y almidonadas, lo que, al agitarlas, crea un exterior aún más extenso para que la grasa se adhiera.

"Así obtienes una corteza que no solo es crujiente, sino escamosa, y luego consigues un dorado intenso, con un sabor casi a malta y sabroso."