Ana Morales, psicóloga experta en nutrición: “A veces convertimos la alimentación en la única forma de calmar las emociones”
La psicóloga Ana Morales analiza la alimentación emocional en 'El Limonero'
Una conducta natural que puede derivar en dificultades
En una reciente intervención en el pódcast 'El Limonero', la psicóloga Ana Morales, experta en nutrición emocional, aclara que comer influido por nuestro estado anímico es una práctica común y humana, aunque puede llegar a suponer un trastorno si no se gestiona adecuadamente.
El vínculo primario entre comida y regulación emocional
Morales destaca que esta conexión no es un hábito aprendido de forma casual, sino una parte inherente del desarrollo humano desde la infancia. La alimentación cumple desde el principio una función reguladora: por ejemplo, amamantar a un bebé que llora a menudo lo calma rápidamente, más allá de la necesidad física de alimento.
Refuerzo social y cultural del mecanismo
Este patrón se consolida con experiencias a lo largo de la vida. La especialista menciona situaciones cotidianas:
- Un niño que recibe un dulce como premio o consuelo tras un golpe.
- La representación cultural de la comida como bálsamo tras una decepción amorosa.
Estos actos generan alivio, y ese bienestar queda asociado en nuestra memoria con el consumo de alimentos.
La doble faceta: consuelo y celebración
La psicóloga también recuerda el papel central de la comida en los momentos felices y de socialización, como en las comidas familiares de los domingos en la cultura mediterránea. Esta doble función —calmar y celebrar— se integra tan profundamente en nosotros que rara vez la ponemos en duda.
¿Cuándo se convierte en un problema?
La dificultad surge cuando la comida se transforma en la única estrategia disponible para manejar emociones intensas. Si ante una ruptura, por ejemplo, la respuesta automática es comer de forma compulsiva, se pierde la elección consciente. En ese punto, no se come por hambre o placer, sino para llenar un vacío emocional no resuelto.
El objetivo: recuperar la capacidad de elección
Morales subraya que no se trata de demonizar la comida. Comer algo que nos gusta en un momento bajo no es malo en sí mismo, siempre que sea una decisión deliberada. La clave, según ella, es disponer de un abanico de opciones para autorregularnos: desde comer, hasta contactar con un ser querido, buscar consuelo o realizar otra actividad. El fin último es que seamos nosotros quienes decidamos cómo actuar, y no que la emoción tome el control a través de un impulso automático hacia la comida.
Créditos de la imagen https://as.com/tikitakas/salud/ana-morales-psicologa-experta-en-nutricion-a-veces-convertimos-la-alimentacion-en-la-unica-forma-de-calmar-las-emociones-f202512-n/
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